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.T� seguramente te enterar�s antes por los periódicos quepor mi carta, en qu� consiste.Te lo explicar� brevemente: se ha creado el proyecto deuna instalación que va a detener la columna negra.A ti, como profesora de f�sica deescuela secundaria, claro est�, te interesar� saber los detalles.Francamente te digo quees tan complicado, que no lo entiendo todo.Los cient�ficos, al parecer, han determinadoen qu� consiste el campo de la columna, y la instalación le va a superponer unadeterminada combinación de potentes campos de fuerza.Se supone que su acción mutuacon el campo de la columna detendr� su movimiento ascendente.Claro que, antes que nada, hay que cortar la columna para eliminar el cortocircuitoformado, restablecer la estructura normal del campo magn�tico y darle corriente a lainstalación cuando empiece a funcionar.La propia instalación estar� en la plataforma, para lo cual estamos abriendo a trav�s delos compartimientos interiores un pasillo circular.En ello precisamente estoy ocupadoahora.Hay que decir que hace mucho calor en la plataforma, pero eso no es nada.Yahace tiempo que nos hemos acostumbrado a la tormenta, lo mismo que a los rel�mpagos.No te preocupes, pues la columna es una especie de pararrayos.�Cu�nto tiempo se invertir� en la operación? No lo s�, querida.Como comprender�s,quisiera terminar cuanto antes e ir a veros, a ti y a Vovka.Los echo mucho de menos,queridos m�os.Escr�beme con frecuencia.Y que Vovka con su manecita me env�ealgunos garabatos.Yo les escribir� en todas las ocasiones que se me presenten.Ah, s�, me preguntas cómo vamos a cortar la columna.Mira cómo.Kravtsov no terminó la carta.Llamaron a la puerta del camarote.Chulkov asomó lacabeza y dijo: Alexandr Vit�lievich, el tercer turno se marcha.Kravtsov metió la carta sin terminar en el cajón de la mesa y fue corriendo hacia dondeestaba la lancha.30La operación "Columna negra" ha empezado.Toda la flotilla de barcos se puso alrededor de la plataforma.All� se hallaban elportaaviones "Fewries" con su enorme pista de aterrizaje, la base flotante mec�nica "Iv�nKulibin", gabarras automotrices y gr�as flotantes.Grandes lanchas de vapor; resollandohumo de carbón, cursaban continuamente entre la plataforma y los barcos.El estadomayor de la operación segu�a en el "Fukuoka-maru".En las f�bricas de la Unión Sovi�tica, de los EE.UU., del Japón y de muchos otrospa�ses so produc�an las piezas y grupos de bloque de un n�cleo anular de dimensionesnunca vistas.En las bodegas de los vapores bajo la bandera azul de la ONU, en lasbarquillas de los dirigibles de transporte con turbinas de vapor, se dirig�an hacia laplataforma estructuras met�licas, bloques de paneles de alta frecuencia, juegos decolosales aisladores y paquetes con juegos de barras colectoras.Llegaban barcospetroleros, barcos cargados de madera, de v�veres, y buques de altura con obrerosmontadores, ingenieros y comisiones gubernamentales.La gente, vestida con trajes de protección, trabajaba d�a y noche sin cesar: hab�a queapresurarse, porque (y eso lo sab�an los cient�ficos) el flujo mortal de los rayos cósmicospenetraba cada vez m�s en las capas inferiores de la atmósfera.Mientras tanto, la columna negra, rodeada por un anillo de rel�mpagos y envuelta poruna capa de vapor, corr�a y corr�a hacia arriba a trav�s de las nubes, inclin�ndose yterminando de dar la vuelta alrededor de la Tierra.31A las nueve de la noche, el turno del ingeniero Kravtsov subió por la escala met�lica enzig-zag a la cubierta media de la plataforma.All� estaban los montadores de las yaconocidas brigadas de Ali-Ovsad Parkinson y del rumano Gheorghe.Kravtsov recibió las novedades del sector de trabajo de parte del jefe de turno quehac�a terminado de trabajar sus correspondientes cinco horas. Bueno ha puesto usted el compartimiento, Cesare le dijo, mirando las vigascortadas y las estrechas pasarelas bajo las cuales se ve�a el oscuro vac�o. Aqu� el nivel era mayor y hemos tenido que cortar todo el tablado contestó elingeniero italiano sec�ndose con la toalla la cara morena.Mire la l�nea de referencia.Y le alargó a Kravtsov el dise�o. Lo s� dijo Kravtsov.Pero aqu�, debajo de nosotros est� la central atómica. Que no funciona. Pero que funcionar�.Y ustedes han echado el tablado sobre su techo. Kravtsoviluminó el fondo con su linterna de bolsillo. �Qu� quiere usted de m�, "Alessandro"? Habr� que levantar el tablado.Sobre el reactor no debe haber nada m�s que eltecho.Tanto el italiano como Kravtsov, eran esperantistas y se entend�an f�cilmente.Losmontadores de ambos turnos atend�an a la conversación procurando comprenderlos.Lasl�mparas de acetileno diseminaban una luz azulada sobre sus desnudas espaldasbrillantes por el sudor. Nosotros hemos adelantado hoy siete metros m�s de la norma dijo el italiano.Loprincipal es terminar el pasillo cuanto antes, y si debajo queda algo de escombros. Pero no aqu� le interrumpió Kravtsov.Bueno, Cesare, ll�vese el turno a�adió,hablando ya en ingl�s.Tendremos que poner un polipasto y limpiar un poco susescombros. �Qu� es eso? se oyó de pronto una voz ronca.�Los "italianitos" lo hanensuciado y nosotros lo tenemos que limpiar? �Qui�n ha dicho eso? Kravtsov se volvió bruscamente.Durante unos segundos reinó el silencio en el compartimiento, sólo de arriba se o�a elacostumbrado retumbar de la tormenta.Olovi�nnikov, que tambi�n estaba all�, le tradujo aAl�-Ovsad la frase o�da. Ay, ay, ay, Al�-Ovsad meneó la cabeza y chasqueó con la lengua. �Qui�n lo ha dicho? repitió Kravtsov.Jim, ha sido uno de los suyos.Jim Parkinson, asido con su largo brazo de una viga doble T del techo, callaba abatido.En este momento, del grupo se adelantó el tejano. Bueno, yo lo he dicho masculló mirando de reojo a Kravtsov.�Y qu�? Yo nopienso trabajar por otro. As� me lo figuraba.Ahora mismo le pide perdón al turno italiano, Fletcher
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